Camilo tenía dudas, así que se fue al lugar favorito de Mirabel, buscándola.
Nota: Camilo y Mirabel tienen 11 años.
¿Quién soy?
Desde los 5 años me lo he planteado junto con otras preguntas.
¿Soy Camilo Madrigal?
¿Esta es realmente mi verdadera forma?
¿Soy una herramienta más para la abuela?
Oh, a quien engaño, esa es la única respuesta que si tengo.
¿Mi familia me quiere?
¿El tío Bruno también me quería?
Como no estaba seguro de nada, decidí escabullirme al escondite donde sabía que estaría Mirabel. El cual le enseño, mi posible prospecto de Cuñado, pero esa es otra historia para otra ocasión.
—Bel, Melliza mía.
Volteo a verme de inmediato, vi que en sus manos estaba su libreta donde dibuja ropa y su lápiz favorito para eso, ella suele decir que los trazos salen más limpios. Así que cada cumpleaños o festividad me aseguro de regalarle libretas o lápices, claro que tengo que hacer varios trabajos para el pueblo, la ventaja es que me lo dan gratis.
—Camilo, ¿Sucede algo?
Dejo la libreta en su bolsa (la cual hizo con una máquina que le regaló una anciana a la que ayuda a coser ropa y cosas de ese tipo). Si soy honesto, envidio a esa anciana.
¿Es amable con Mirabel? Por supuesto.
¿A Mirabel le agrada? Claro, ella es un amor. ¿Quiero encerrar a mi Melliza en la torre del tío Bruno para que no le hagan más daño? Si.
¿Qué porque envidio a esa anciana? Ella puede pasar mucho tiempo con Mirabel. Me acerqué a mi melliza y la abrace, mientras reposaba mi cabeza en el hombro izquierdo, no pude evitar soltar unas lágrimas. Bel palmeó mi cabeza y tarareaba una canción mientras me tranquilizaba.
—Eres una persona muy fantástica, nunca dudes de eso Camilo. Eres Camilo Madrigal, este eres tú, eres un humano que tiene sentimientos y eso está bien.—La tormenta que había en mi mente y en mi corazón se estaba disipando—Dolores te quiere, el pequeño toñito también, la tia Pepa y el tío Felix te aman mucho, mis padres también.
Repose mi cabeza en su hombro mientras mirábamos la cascada que había en el lugar.
—Luisa también, y no tengo dudas de que dentro de su corazón, Isabela también.
Ambos reímos por eso, teníamos la costumbre de molestarla.
—¿Crees que el tío también?
—Aunque casi no lo recuerdo, lo poco que se es que el nos adoraba.
¿Por que hablábamos sobre Bruno? Fácil, el casi novio de Bel y sus hermanos fueron los que colocaron runas por el lugar para inhabilitar los poderes de Dolores.
—¿Y tú me quieres Bel?
Levante la cabeza y la mire, ella me miro, sonrió, y junto nuestras frentes (costumbre obtenida por tía Julieta).
—Hasta el fin de los tiempos e incluso volviendo en el.
—Renacemos y nos buscamos, formaremos un vínculo muy fuerte.
—¿Sabes?
—¿Mm?
—Creo que ya sé quién eres Camilo.
La mire con curiosidad.
—Eres Camilo, hijo de Pepa y Félix, sobrino de Julieta, Agustin y Bruno, hermano de Dolores y Antonio, primo de Luisa e Isabela. Y lo más importante, ¡eres mi primo, mi hermano y mejor amigo!
Me abrazo con fuerza, le respondí mientras correspondía el abrazo.
—Entonces eso es todo lo que necesito.
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